domingo, 13 de febrero de 2011

Un domingo que pasará inadvertido

Una vez más me encuentro aquí, con el estómago lleno tras una tentadora cena. No pude comer todo lo que hubiera querido porque a los cinco minutos de empezar ya estaba para explotar ¿Tendrían algo que ver los pistachos que me comí por la tarde?

Mi día a sido complejo. Una mañana tranquilizadora, una buena película junto a mi madre. La cual no creo que quiera volver a verla, más que nada porque escogí una de las de terror que más me gustan y ha quedado un tanto traumatizada. Pero bueno, se le pasará.

Esta tarde he caminado bajo la lluvia junto a una buena amiga. Hemos paseado a su nueva hermana menor y nos hemos hecho cargo de sus dos hermanos hiperactivos.

Hemos intercambiado miles de historias una de las cuales no ha sido de mi agrado y bueno como tampoco sé lo que poner :) he decidido subir algo :)

Para aquellos que también siguen mi faceta novelesca :) aquí va una continuación lejana de mi primera entrada. Con lo que quiero decir que no es la continuación directa :)



El sol no parecía haber salido desde hace mucho tiempo. La luna se mantenía oculta tras unos nubarrones tan negros que casi se camuflaban con el propio cielo nocturno. Una pequeña brisa había comenzado a azotar aquellos tejados salmantinos.

Allí estaba él, con aquel cabello impune y de un dorado tan muerto que casi se le confundía con el gris. Sus cuernos seguían igual de torcidos y brillantes como siempre y sus del color de la aceituna se mantenían tranquilos observando aquella ciudad.

No se trataba de una Salamanca intacta por la cual los ciudadanos recorrían sus calles sin preocupaciones. Ni si quiera se trataba de las calles más pobres de la ciudad. Ahora la ciudad estaba medio derruida. Pocos edificios quedaban en pie, entre ellos la gran catedral que asomaba a través de lo que parecía un campo de batalla.

-Has venido-dijo la voz de aquel demonio. Suave, agradable y ligeramente alegre.

-Te dije que no te iba a dejar solo-sonó otra voz. Esta vez femenina y aguda, como si se tratara de la voz de una niña.

Pero no lo era, su silueta era la de una mujer. Sus cabellos casi ocultaban las curvas de su trasero y su flequillo recto y azabache contrastaba con aquellos ojos, si se podían llamar así. Se trataban de dos globos oculares de un ligero tono carmesí los cuales reflejaban lo que la mujer miraba.

-¿Qué ha ocurrido?-preguntó ella acercándose al demonio  luciendo aquella ropa vaquera acompañada de sus botas camperas.

-Duermes demasiado-dijo él mientras las primeras gotas de lluvia caían sobre ellos.

En apenas unos segundos la ciudad se vio inmersa en una gran llovizna que casi empañaba la vista de los demonios. Ambos observaban aquella ciudad casi sumida en una plenitud de edificios destruidos. Hace tiempo que dejaron de lamentarse por no haber podido parar aquello, ahora intentaban remediarlo.

-Están cerca-dijo ella sintiendo como la lluvia caía sobre otros individuos además de ellos dos.

-¿Qué son?-preguntó él apartándose el cabello mojado de la cara.

-Rastreadores-respondió-Son tres rastreadores.

El rostro infantil de aquella demonio de mirada vacía cambió enojado. Sus labios se apretaban uno contra el otro mientras sus pies se propulsaban al vacío de lo que quedaba de las calles salmantinas.

Sin rasguño alguno aterrizó en aquel suelo de tierra y observó como tres hombres se acercaban a ella a gran velocidad. Sus ojos tan rojos como la sangre y sus cuerpos incurvados como si se trataran de animales en busca de su próxima presa.

Sus patas delanteras disponían de grandes uñas afiladas de un tono metálico, a larga distancia se podían confundir con cuchillos pero una vez te fijabas veías las zarpas de un animal.

Con una complicidad ganada durante siglos aquellos tres rastreadores se abalanzaron sobre la aparentemente mujer de cabello azabache. Sus afiladas garras ya anhelaban atravesarla cuando está se propulsó en el aire giró como si se tratara de una rama la cual había sido lanzada al aire y cayó segundos después esquivando por completo el ataque de sus enemigos.

Aquellos ojos inquebrantables los cuales ahora reflejaban la silueta incurvada de sus tres enemigos se cercioraron de los restos de la sangre de su última víctima. Una fuerte brisa agitó el largo cabello de la demonio, primero el cabello pareció chocar contra dos bultos pero cuando aquellos lisos filamentos agrupados se estiraron hacia atrás se pudieron ver como dos cuernos emergían de la cabeza de la mujer.

Aquellos cuernos se podían comparar con las astas de un toro a punto de embestir con la pequeña diferencia de que estos no eran de marfil blanco, si no de un liso y afilado negro.
El demonio de cuernos curvados la observaba desde la altura en aquel edificio. Sus labios sonrieron suavemente cuando el cielo comenzó a tronar. Aquello demostraba que su compañera estaba dispuesta a acabar con aquello.

Aquellos rastreadores la encerraron en el interior de un triangulo del cual ellos jugaban el papel de puntas. Ella ni si quiera se inmutó cuando ellos tomaron aquella formación de combate pues podía sentirlos aun cuando no los mirara pues la lluvia que caía sobre ellos y el viento que rozaba sus cuerpos la trasmitían todo lo que necesitaba saber.

El combate trascurrió a gran velocidad. Dos de los rastreadores  chocaron el uno contra el otro atravesándose con sus garras cuando ella se apartó de su línea de ataque. Y al tercero le faltó tiempo para sucumbir a los ágiles movimientos de la demonio que agarró sus brazos y los separó de su cuerpo para utilizar las garras de su enemigo como su propia arma.

Una vez en el suelo pero aun con vida el rastreador intentó atacarla justo antes de que un rayo le fulminara y pereciera junto a sus compañeros tiñendo el suelo de sangre mientras los rayos, las nubes y la lluvia desaparecían del cielo.

“La demonio de tormenta le dedicó una infantil sonrisa a su compañero mientras este se reunía con ella lanzándose desde el edificio y juntos eludían aquellos cadáveres para proseguir su camino”


Cuando comience a llover, quizás estés siendo vigilado por alguien que anhela verte sangrar

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