miércoles, 8 de junio de 2011

Ella....

Y pensar que solo hay una persona en este mundo cuya voz pueda sacarme de la oscuridad. 

Siento decir que en este mundo solo hay una persona por la que me lanzaría al vacío, por la que volaría por llegar a sus brazos. Una persona con la que llevo incontables años a su lado.

Con una mirada podemos hablar durante horas. Una sonrisa de sus labios es como si el sol saliera en el más nublado de los días y calentara mi rostro. Una palabra es como mantener una conversación durante días.

No hay mucho que tenga que decir... simplemente que gracias a ella estoy en donde ahora mismo me encuentro. La fuerza que he sacado a lo largo de mi vida me la han brindado aquellos dedos de seda acariciando mis mofletes. Las únicas lágrimas que he derramado por ella han sido como puñaladas clavándose en mi pecho.


Porque sin tí.... no estaría aquí

miércoles, 23 de marzo de 2011

Recogiendo los pedazos de los recuerdos

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que valoré lo que tenía. Mucho tiempo desde que pensé en aquellos factores que provocaban mi más efímera felicidad.

Fuimos tres desde el principio, al menos desde que mi mente consigue recordar. Tres personas unidas por un lazo de sangre, dos varones y una mujer. Crecimos juntos, aprendimos juntos y luchamos juntos.

Pero después de cada sol siempre había un enfrentamiento. Discusiones tan corrientes como la caída de hojas en otoño. Pero para cuando la aguja del reloj había completado la vuelta, nosotros de nuevo estábamos bien.

El primero abrió sus alas para volar solo. Desapareció en el horizonte y solo regresaba para asegurarse de que todo seguía bien. Ahora fue la segunda la que decidió marchar, abrió las ventanas de su habitación y se dejó llevar con suaves golpes de viento.

Y ahora estoy aquí, solo, impregnando estas líneas con palabras. Palabras que muchos no entenderán pero detrás de cada letra hay un gran significado. Tres historias diferentes pero con un mismo comienzo y un mismo final.

Y es ahora preso de la soledad cuando me atrevo a decir. Os echo de menos

Nos podrán separar pero eso no cambiará lo que somos, Hermanos.

domingo, 13 de marzo de 2011

El dolor es relativo

Ha trascurrido mucho tiempo desde la última entrada que subí. No he tenido más tiempo que el que hoy estoy utilizando para poder estar con vosotros.

Me gustaría dedicar esta entrada a Japón. Que después de que una parte de esta haya sido arrasada por aquel terrible Tsunami, han perecido cinco personas y han desaparecido otras cien viajeras de un barco.

Ahora, mis mas fieles seguidores me gustaría que les dedicáramos un minuto de silencia a aquellas personas que perecieron en el fragor de la situación. Y otro minuto para que las almas de los desaparecidos encuentren su camino de regreso a casa, sanos y salvo.



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Dejando a un lado esta terrible noticia me gustaría contaros otra historia.

Se trataba de un hombre, un hombre que se había criado entre la pobreza, la maleza de los bosques y los golpes de su padre. Con tan solo el alimento de la caza y la pesca. Al fin se enamoró de ella, una mujer que se perdió en el bosque y él la encontró.

Todo pareció salir a pedir de boca pero la magia del amor desapareció cuando la mujer le deleitó con el plato especial de su casa. Dorada a la sal. Había que ser elegante para comerla, había que ser mañoso para poder comer la dorada sin notar el fuerte sabor de la sal. Pero si se hacia se podia saborear un sabor placentero.

¿Qué ocurrió?

El hombre no tuvo las habilidades para comerla como es debido. Y tras el golpe de sabor de tres únicos granos de sal en su dorada provocó que su enfado surgiera. Una actitud ridícula  y un tanto infantil que sometió a su esposa con los golpes de sus puños. Golpes tan parecidos a los que él había recibido cuando era niño.


¿Es justo discutir por esto? ¿Es justo que la mujer haya recibido la reprimenda intentándole hacer feliz?


Si alguna vez dejáis de amar, no sigáis en el barco, Saltar, quizá le duela que le dejeis. Pero más os dolerá a vosotras seguir con él.

No duele el golpe si no el sentimiento con el que se da. No escuecen las heridas si no el corazón retorciéndose en el interior. 

miércoles, 9 de marzo de 2011

Lo siento pero no voy a cambiar

Estoy cansado,... cansado de tener que reprimir lo que soy en mi interior.

Creo que respeto a cada persona, y soy fiel a mis pensamientos. No me gusta la mentira, no me gustan las críticas,...

Claro que he vivido mucho tiempo escondido, con miedo a mostrar lo que verdaderamente me gustaba por tener miedo a no encajar. Pero he encontrado a esa gente que es afín a mí, con esos gustos que tantos nos apasionan, aficiones que empujan nuestros mundos.

Alguien me dijo alguna vez que este barco estaba destinado a hundirse, que hobbies diferentes no podían coexistir en una misma cadena alimenticia.

Pero me nievo a aceptarlo. No porque me guste algo mi mundo tiene que girar entorno a ello, claro que puedo curar las heridas de los otros, claro que puedo reírme de las bromas de los demás, pero no puedo evitar ser como soy...


... y si a ti no te gusta no queda otro remedio...


Habrá que dejar que el barco se hunda...

... haré lo posible por sacarlo a flote, pero si tu no me ayudas, me ahogaré con él.


Otaku forever

(si no te gusta, no tienes porque mirarlo)

domingo, 6 de marzo de 2011

El dilema de las tres rosas

El vapor cubría el cuarto de baño por completo, no podía vislumbrar nada en aquella espesa niebla caliente, cuando de repente se me ocurrió algo que podría escribir. Algo que necesito que leáis para que sentáis como me siento.

Unos me juzgaran por lo que viene, otros quizá me dejarán pasar inadvertidos pero el resto,... el resto pensará que estoy viviendo una pesadilla.


Todo comenzó cuando me adentré en aquel bosque en medio de una tenue oscuridad. El sol ni siquiera podía penetrar entre la copa de aquellos grandes árboles de hojas oscuras. No recuerdo hace cuanto tiempo ocurrió, ¿quizá años? ¿quizá meses? ¿o quizá puede que ocurriera en horas?

Yo caminaba sin mirar atrás, mi cuerpo estaba erizado, no hacía frío pero un escalofrío me azotaba desde hace un buen rato. Ni siquiera encontraba la salida, y lo que más me preocupada no recordaba por dónde había entrado. Pero lo peor de todo era el silencio que invadía aquel bosque desde hace un rato, me ponía de los nervios y me obligaba a aligerar el paso.

Hubiera preferido mil veces que hubiera salido alguna alimaña o algún animal de gran tamaño que me amenazara, para mí el silencio en compañía con la soledad era lo peor. 


Mis ojos se abrieron de par en par cuando vislumbré una apertura que dejaba entrar una ráfaga de luz. No perdí el tiempo y me apresuré aun más rápido de lo que había andado hacia allí. Pero cuando llegué... solo pude ver una enorme cascada que emergía de una montaña desde donde se podía ver la luna oculta tras su corona.

No había otra salida, tenía que zambuyirme e introducirme en aquel bosque de nuevo. Un bosque más oscuro, más tétrico y donde los árboles formaban extrañas siluetas que provocaban que mi corazón quisiera salirse de mi pecho y correr en dirección contraria.

Mojado, mejor dicho empapado, crucé las aguas de la catarata. Unas extrañas aguas que se oscurecieron cuando yo me introduje. No le di importancia, creo que me estaba volviendo loco.

Crucé tres grandes arcos formados por horrendos árboles con el tronco del color de la ceniza y me encontré en una gran extensión de zarzas puntiagudas. No se veía nada tan solo los pinchos de estas que ansiaban atravesarme.

Pero algo comenzó a brillar, se trataban de tres rosas. Tres rosas que me llamaban desde el otro lado. Situadas a diferentes distancias. 

La primera era una rosa azul, desprendía un aroma dulce y apacible. Cuando la miré solo deseaba estar con ella, abrazarla, hacerla caricias y no soltarla nunca. Me daba igual pincharme con las zarzas.

Pero la segunda atrajo mi atención, una rosa roja, un rojo pasión. Mis ojos se clavaron en ella y entonces sentí un placer incomparable, un placer que ni siquiera me hubiera podido imaginar. No me importaba que estuviera más lejos, ni siquiera me escocía la herida que acababa de hacerme en el pie. Tenía que conesguirla.

En cambio la tercera, blanca como la luna. Me trasmitía felicidad, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro. Una sensación que impedía que mi piel que se estaba desgarrando me provocara dolor. Tenía que avanzar.

Pero no sabía que hacer....

Conseguir el cariño que llevaba ansiando durante tanto tiempo. El calor que aquella rosa azul me podía trasmitir... Tomar la rosa que más cerca estaba

O tomar el placer inacabable, una sensación tan duradera y penetrante que nadie podría arrebatarme. Un placer que nunca jamás había sentido... Coger la que se situaba tan lejos y tan cerca a la vez

¿O quizá debería de acercarme a la rosa blanca? Aquella que me daba la felicidad que llevaba tanto tiempo buscando. Una felicidad que marcaría mi vida para siempre... Hacerme con la rosa que más lejos estaba.


¿Y tú? ¿Cuánto sufrirías y cual cogerías?



miércoles, 2 de marzo de 2011

La oscuridad no es la mejor salida

Hoy trascurre un día más de mi rutinaria vida. Con el acontecimiento más resaltante de a ver donado medio litro de sangre y sentirme orgulloso de hacerlo.

Ha sido un día de lo más normal, con la buena noticia de no haberle visto la cara a mi tutora (perdí su hora donando) Y bueno pronto viene carnaval y con él el cumpleaños de alguna que otra persona importantísima en mi vida.

Hoy vengo a contaros una historia, fantástica y a la vez real. Tampoco quiero aburriros así que seré leve y espero que os guste, pues a mi me estremece el corazón.


La historia habla de una pareja. Él trabajador, cariñoso y atento con su mujer. Y ella presa de un enamoramiento que va mucho más de lo que todos os pudierais imaginar, su vida se resumía en una sola persona, su marido.

Vivían juntos, enamorados y compartiendo sus vidas con los padres de él y con el hermano menor del mismo. Pero los celos, la rabia y la ira provocó que aquel mundo propio de un paraíso se trasformara en la pesadilla jamás contada.

Él asesinó a su hermano por causas que nadie conoce y cuando iba a ser castigado por la mano de la justicia ella se interpuso. Su corazón no podía soportar que su marido sufriera, sus gritos, su dolor, no lo podía aguantar. Así que habló desde su interior y le pidió al ejecutor que por favor recibiera ella el castigo en lugar de su amado.

Y así se hizo, pues no estaba dispuesta a apartarse del dedo de la ejecución. Y por ello el castigo fue más leve. Le obligaron a abandonar aquel lugar y a vagar en la más eterna soledad por aquellos bosques que nadie se había atrevido a visitar.

Y pasó el tiempo y tuvo que valerse de si misma para cazar y comer, para vivir lejos de la luz del sol. Y enfermó y cuando estaba a punto de morir alguien le preguntó.

-¿Qué es lo que más deseas en el mundo?

-Verle- es lo que respondió.

Y pactando con el más oscuro ser logró verle por última vez. De nuevo se habían cambiado las tornas, el que moría era él y no ella. Y desde aquel momento no volvió a sentir el amor por nadie, simplemente se preocupó de vivir su vida.


Una historia embriagada de dolor.

Y tú ¿Qué es lo que harías por amor?

martes, 1 de marzo de 2011

Injusticias que combaten la sonrisa

Hoy es martes, de nuevo me ha tocado aguantar a mi tutora "-.-

Hoy tengo una pequeña anécdota que contar, estaba en clase de Administracción, atendiendo en clase y comprendiendo cada palabra que la profesora soltaba por su boca. Me dio por mirar el teclado de mi ordenador y comprobar una pelusa que sobresalía de la tecla alt, del lado izquierdo. Cogí el tapón del boli y lo introduje para hacer palanca y extraer la pelusa de raíz, cuando me quise dar cuenta la tecla volaba por los aires y la profesora reñía a mi compañera de adelante por haberme tirado algo. Esta vez me salvé XD



Y volvemos con las injusticias. De nuevo contaré algo que pondrán los pelos de punta a los más valientes.

Se trataba de una mujer, madre de familia que tras haber terminado su contrato como enfermera en un hospital decidió apuntarse a un cursillo de "ayuda al anciano" para matar sus horas muertas, el tiempo que no pasaba con sus hijos ni con su marido.

Pasó grandes ratos juntos a sus compañeras, compartió grandes momentos con la que sería su amiga y después de terminar el curso la mandaron a las prácticas. Antes de llegar a la residencia le prometieron que sería un lugar fabuloso, un palacio donde trabajar no sería más que divertirte, con un salón de escuchar las batallas de aquellos ancianos que habían sido internados por falta de dedicación por falta de sus familiares.


Pero cuando llegó las mariposas que volaban en su mente trasmitiendo le fabulosas ideas se trasformaron en grandes nubarrones a punto de estalla. Primero comprobó sus únicas tres empleadas, extranjeras. (no tengo nada en contra de ellas) Esto demostraba dos cosas, o que las empleadas habían sido ejemplares en su pais y habían sido trasladadas a ese palacio, o por otro lado, que el prestigio de la residencia decaía por los suelos.

En su primera tarde comprobó que tanto ella como su amiga (al menos tuvieron la suerte de ir juntas) pringaban con el trabajo más horrendo de todos. Limpiar, asear, recoger y aguantar, la mierda de los ancianos.

Pero allí no quedo la cosa, en la segunda tarde vieron como las extranjeras alimentaban a los ancianos con golpes de cuchara, como granjero que mete patatas en el saco. Y que además ni si quiera les dejaban terminar por completo si no que les quitaban la comida para terminar antes el turno.

Verdaderamente la mujer se replanteó las cosas cuando vio a una anciana sola sentada en una mesa, con gafas pero sin vista, había perdido completamente la vista. Simplemente le habían dejado un puré para que lo comiera ella sola. Más que ella se lo comía la servilleta. La mujer se acercó con el arroz con leche hacia la anciana y decidió dárselo de comer (el resto de ancianos habían cenado huevo con magreta barata)

-Yo no tengo huevo-dijo la mujer-¿Ha sido una broma verdad?

-Sí-dijo la mujer comprendiendo que le habían dado la comida en puré para que no la tuvieran que dar de comer-La cocinera bromeó con ello.


No puedo aguantarlo. Y sin tener nada más que hacer, su compañera y ella se fueron para no volver.


Aquí se demuestra la gente que se aprovecha. Ancianos olvidados encerrados en lo que ellos piensan que es un paraíso. Residencias que solo quieren el dinero de los ancianos y cursos que se aprovechan de sus alumnos para cobrar comisiones

¿Tengo que quedarme de brazos cruzados?


Prefiero morir solo a estar encerrado ahí